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Foto del escritorLos Celajes

Erika Castilla, cambiar de vida por una pasión


Erika Castilla pasó 12 años de su vida trabajando en una imprenta, un negocio familiar en el que todo su entorno daba por hecho que permanecería. Fue justo después de terminar su formación como diseñadora gráfica en Barcelona, un periodo en el que aprovechaba en todo momento para introducir la ilustración. Una faceta de ella que siempre ha estado presente, desde que era pequeña o durante su etapa en la imprenta, cuando dibujaba en sus tiempos libres.


Sin embargo, llegó un momento en que se dio cuenta de que necesitaba un cambio en su vida laboral y, aunque considera que el mundo de las artes gráficas es apasionante, la producción industrial y su idiosincrasia le generaban mucho estrés. Dejó la empresa sin saber cuál sería su rumbo a partir de ese momento, solo quería dedicarse a lo que a ella siempre le había gustado: el dibujo, la ilustración. "Quise creer que era posible abrir una tienda con mis diseños y con mis ilustraciones".


Y lo aprendido durante esos 12 años le hizo capaz de lanzarse al emprendimiento. Ahora sus diseños visten todo tipo de productos, desde láminas y libretas, hasta camisetas y sudaderas, moda de baño, moda infantil, toallas, estuches, tazas o fundas de móvil. Todo ello puede encontrarse en Mojo Art Shop, dos tiendas que se encuentran en Corralejo y El Cotillo, al norte de Fuerteventura.



Artista y empresaria


Erika inició, por tanto, su faceta administrativa, la que menos le gusta, aunque considera que no lo hace mal. La ilustradora majorera desearía dibujar todo el tiempo, admite, consciente de que ambas partes son imprescindibles para la subsistencia de Mojo Art Shop.


Es uno de los motivos por los que no tiene en mente abrir otras tiendas. Piensa que eso le añadiría mucha presión y perdería la calma, la magia y el disfrute de trabajar de lo que le apasiona. "Yo no contemplo crecer", "no soy una persona ambiciosa hasta ese punto". Además, tampoco le hace demasiada ilusión que su producto llegue a todos los lugares, prefiere que sea algo más que alguien se puede encontrar si viene a Fuerteventura.


Pero su principal manera de disfrutar de lo que hace es ponerse como prioridad la libertad creativa. De esta manera, la ilustración nace primero y luego se coloca en un producto, o quizás no, ya que asegura que hay muchas que nunca han sido impresas siquiera en papel. Lo contrario le haría sufrir, por eso aprovecha las ventajas de ser su propia jefa y no tener a ninguna persona que pueda exigirle unos tiempos o condiciones determinadas.



El arte como souvenir


Muchos de los productos con los diseños de Erika Castilla se adquieren como un recuerdo de la isla de Fuerteventura. La majorera creía en un tipo de negocio que combina el arte y el turismo y se plantea como una forma de vivir de la creatividad en la isla.


La fundadora de Mojo Art Shop recuerda que cada vez que volvía a Fuerteventura en su periodo de estudiante en Barcelona, veía la isla diferente. "Salían urbanizaciones como champiñones por toda la isla". Fuerteventura es su inspiración, por eso, cuando se presentan macroproyectos o con la colocación de aerogeneradores "de cualquier forma y sin un pizquito de amor por la tierra", Erika piensa en lo difícil que va a ser inspirarse si se sigue el ritmo frenético actual o en la visión tan seleccionada que van a tener las personas que tienen la isla como su musa.


La ilustradora preferiría que los turistas experimentaran la Fuerteventura más auténtica y no tuvieran que verla a través de postales con diseños de sus recuerdos, reflexiona.



Erika Castilla, compañera de proyectos creativos


Erika se ha convertido en una referente del arte majorero. Una creadora en la que otros artistas han pensado para que forme parte de sus proyectos.


Uno de los que más repercusión ha tenido ha sido The Canarian, una revista virtual de la que solo podemos ver la portada. Cuando Darío Genuardi, su creador, le propone realizar la primera edición, ella acepta sin pensarlo. Conocía a Darío de antes y era admiradora de su trabajo.


También presume de tener muy buena sintonía con Violeta Chacón, autora de la saga Tía Enriqueta. Erika reconocía desde el primer momento la esencia de las novelas en cada portada. De momento, conocemos Manual de Primavera, Manual de Verano y Manual de Tejer de Tía Enriqueta (I), pero todo apunta a que serán más libros y que seguirá siendo Erika quien firme sus portadas.

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